Walking [ Margarett ]

por **Evangeline Amsel** Lun Jun 14, 2010 12:19 am

Otro día lluvioso. Otra vez la depresión apoderándose de mi cuerpo. Tenía que huir de todo; de la mirada tormentosa de mi tía, quien sufría igual o quizás más que yo; de la mirada de mis compañeros del instituto, que no ayudaban en mucho; de cualquier persona que me miraba de esa forma: con pena, con lastima. ¡Como odiaba eso! estaba cansada de aquello ¿pero qué podía hacer? huir era lo único que aparecía en mi mente y, a pesar de no ser el mejor camino o ser algo factible, seguí mis instintos sin detenerme a pensar. Solo quería alejarme un momento de la realidad, adentrarme a ese lugar en el que no había dolor alguno y en el que podía pasar horas lo más cercanas a la felicidad, y eso era lo que hacía la mayoría del tiempo: huir.

De nuevo, como había hecho ya muchas veces, tomé mi reproductor de música y lo llevé conmigo. Aquella era lo único que lograba tranquilizarme momentáneamente, la música; los sonidos se adentraban en mi mente con gran facilidad y se apoderaban todo, distrayéndome un poco, lo suficiente. Ya no lograba pensar en nada malo, solo seguir la letra en susurros débiles y, algunas pocas veces, comenzar a moverme al ritmo de las canciones. Y eso era todo, porque en cuanto apagaba el reproductor todo volvía ser como antes. Quizás esa era la razón por la que la mayor parte del día, todos los días, la pasaba con los audífonos en mis oídos. Hoy no era la excepción ¿por qué debía serlo?

No me molesté en tomar un paraguas cuando salí a la calle. La lluvia fría y punzante me reconforta bastante. Me refresca. Es una de las pocas cosas que no han cambiado y tengo la certeza de que no cambiara nunca. Sonreí mientras sentía las primeras grandes gotas de agua chocar contra mi rostro y mi cabello, luego el zarandeo del viento helado hizo estremecer mi cuerpo. El frío era agradable, al menos para mí, pero no debía olvidar que por eso podría ganarme un resfriado Y no lo olvidaba; había llegado conmigo un abrigo, me lo puse, pero aun así seguía sintiendo algo frío. Me conformé. Miré hacia el frente: todas las personas parecían muy ajetreadas en sus propias vidas, todos ocupados.